En
la mañana del martes del 11 de septiembre del 2001, estábamos a 5 horas de
Frankfurt, volando sobre el Atlántico Norte. De repente las
cortinas se abrieron y me dijeron que fuera a la cabina del
piloto, de inmediato, a hablar con el capitán. Tan pronto como llegué
allí me di cuenta, al mirarlo a la cara, que estaba muy preocupado.
El capitán me entregó un mensaje impreso de la oficina principal de Delta en Atlanta que simplemente decía, "Todas las vías aéreas continentales de los Estados Unidos están cerradas al tráfico aéreo comercial. Aterrizar lo antes posible en el aeropuerto más cercano. Avise a su destino".
El capitán me entregó un mensaje impreso de la oficina principal de Delta en Atlanta que simplemente decía, "Todas las vías aéreas continentales de los Estados Unidos están cerradas al tráfico aéreo comercial. Aterrizar lo antes posible en el aeropuerto más cercano. Avise a su destino".
El capitán, determinó que el aeropuerto más cercano estaba 400 millas detrás de nosotros en Gander, Terranova en territorio canadiense. Pidió la aprobación de un cambio de ruta de tráfico al controlador de Canadá y se le concedió de inmediato -sin hacer preguntas.
Mientras
la tripulación de vuelo preparábamos el avión para el aterrizaje,
llegó otro mensaje de Atlanta para darnos confusa información sobre algunas
actividades terroristas ocurridas en el área de Nueva York. Unos minutos
más tarde llegó una no confirmada noticia acerca de unos supuestos secuestros de aviones.
"Damas
y caballeros, ustedes deben estar preguntándose si todos estos
aviones a nuestro alrededor tienen el mismo problema de
instrumentos que nosotros. La realidad es que estamos aquí por
otra razón ".
Luego, pasó a explicar lo poco que se sabía acerca de la situación en los EE.UU. Hubo exclamaciones de sorpresa y miradas de incredulidad. Inmediatamente, los pasajeros fueron informados por el capitán que el control de tierra en Gander pidió que todos, incluidos tripulantes y pasajeros, nos quedáramos quietos y no intentáramos bajar de la aeronave.
Luego, pasó a explicar lo poco que se sabía acerca de la situación en los EE.UU. Hubo exclamaciones de sorpresa y miradas de incredulidad. Inmediatamente, los pasajeros fueron informados por el capitán que el control de tierra en Gander pidió que todos, incluidos tripulantes y pasajeros, nos quedáramos quietos y no intentáramos bajar de la aeronave.
Después de llegar a nuestro hotel y encender la tv, o sea, 24 horas después del incidente, nos enteramos del alcance total del espantoso acto terrorista. Fueron momentos devastadores.
Lo
que descubrimos fue increíble: Gander y todas las comunidades
de los alrededores (un radio de 75 kilómetros) habían cerrado
todas las escuelas secundarias, salones, casas de campo y
cualquier otro lugar grande que sirviera para la reunión de personas. Convirtieron todas esas
instalaciones en zonas de alojamiento para todos los viajeros
varados. Algunos tenían camas, sacos de dormir y almohadas.
¿Recuerda
a la joven embarazada? A ella se le puso en un hogar privado,
justo al otro lado de la calle de un centro de atención de
urgencia durante 24 horas. Un dentista y enfermeros le hicieron la guardia como voluntarios. Todos, en Gander, tanto hombres como mujeres, adultos y jóvenes, fueron voluntarios que se quedaron para atender a la
multitud de 10.500 "invitados" durante todo el tiempo que estuvimos allí.
Las llamadas telefónicas y correos electrónicos a los EE.UU. y alrededor del mundo estaban disponibles a todo el mundo una vez al día. Cada mañana, se les ofrecía a los pasajeros (siempre gratuitamente) viajes de "excursión". Algunas personas fueron a cruceros en barco por los lagos y puertos. Otros, se fueron a caminar por los maravillosos bosques de los alrededores.
Posteriormente, los pasajeros lloraban emocionados mientras contaban esas historias.
Fue absolutamente increíble. Cuando los pasajeros subieron a bordo, era como si hubieran estado en un crucero. Todo el mundo se conocía por su nombre. Todos intercambiaban historias de su estancia entre sus anfitriones de Gander, impresionando a los demás con quiénes estuvieron y pasaron el mejor tiempo.
Nuestro vuelo de regreso a Atlanta parecía un vuelo fletado. Los pasajeros se llamaban uno al otro por su primer nombre; y todos se intercambiaban números de teléfono, direcciones de sus casas y de sus correos electrónicos.
Y luego algo muy inusual sucedió. Uno de nuestros pasajeros se me acercó y me preguntó si podía hacer un anuncio por los altoparlantes. Nosotros nunca, nunca permitimos eso. Pero esta vez fue diferente. Le dije "adelante" y le entregué el micrófono.
Cogió el aparato y les habló a todos sobre lo que acababan de vivir durante los últimos días. Les recordó la maravillosa hospitalidad que habían recibido a manos de extraños, personas desconocidas y maravillosas que hicieron todo por nada. Luego, dijo que le gustaría hacer algo a cambio por la buena gente de Lewisporte. Dijo que él iba a establecer un fondo fiduciario bajo el nombre de DELTA 15 (nuestro número de vuelo).
El propósito del fondo fiduciario era proporcionar becas universitarias para los estudiantes de secundaria de Lewisporte. Pidió donaciones de cualquier cantidad a sus compañeros de viaje.
Sólo quería compartir esta historia porque necesitamos buenas noticias, buenos mensajes acerca de nosotros los seres humanos y me da gran esperanza contarle al mundo que muchas, miles personas de un lugar pequeño, apartado y lejano, fueron enormemente humanas, generosas, amables y solidarias con miles de extraños, unos pasajeros desconocidos que, literalmente, les cayeron del cielo.
A
pesar de todas las cosas podridas que vemos y que suceden a nuestro
alrededor en todos los rincones de este increíble planeta, esta
historia confirma que hay una mayoría absoluta de gente buena en el mundo en comparación a una minoría minúscula de personas malas, despreciables y torcidas. Y que, cuando
las cosas se ponen mal, ellos, la maravillosa mayoría del mundo, están ahí para recordarnos la belleza
del ser humano y su capacidad inagotable para el amor y la solidaridad.
Tripulante cabina
vuelo Delta 15
Tripulante cabina
vuelo Delta 15
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